La pandemia de la COVID-19 revela las disfunciones del modelo de desarrollo, que se manifiestan en múltiples crisis: climática, sanitaria, social, económica, financiera y política. Estas disfunciones se entrecruzan y combinan, dando testimonio de una importante crisis de todo el sistema. Es hora de acelerar el movimiento hacia una transición social y ecológica y de confirmar nuestros compromisos con la protección social, el respeto al medio ambiente y la equidad social y económica. Para ello debemos fomentar y apoyar la solidaridad, desde el ámbito nacional hasta el global.
Este contexto pone de relieve más que nunca la relevancia de la economía social, como vector de iniciativas económicas que se arraigan en las necesidades y aspiraciones de los grupos sociales afectados por estas actividades, y como socio privilegiado de las políticas públicas en el ámbito de los servicios sociales y económicos de interés general. Con unos setenta investigadores de más de veinte países, la Comisión Científica Internacional de Economía Social y Cooperativa del CIRIEC realiza investigaciones especialmente relevantes en el periodo actual, en el que aumenta la búsqueda de alternativas al capitalismo.
Estudios recientes realizados por investigadores de América Latina y Europa muestran la importancia de la economía social para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, especialmente en lo que se refiere a abordar la emergencia alimentaria, responder a los daños causados por el cambio climático y promover la justicia y la paz en las comunidades afectadas por conflictos. En este sentido, véase el libro publicado este mismo año, 2021, bajo la dirección de Carmen Marcuello (ESP) y Juan Fernando Álvarez (COL) sobre las experiencias emergentes de la economía social en Iberoamérica, y la sesión especial sobre ‘El impacto de la economía social solidaria en los Objetivos de Desarrollo Sostenible’, coorganizada por el CIRIEC, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) y el Foro Internacional para la Economía Social Solidaria (FISSE), en el marco de la conferencia internacional del Instituto de Investigación de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Social (UNRISD) en 2019.
Comprender y medir la contribución de la economía social ha sido uno de los principales ejes de investigación del CIRIEC durante muchos años. La primera cuestión se refiere a la medición de la economía social en las estadísticas nacionales. La cuestión del perímetro estadístico está relacionada con la definición jurídica de la economía social, que puede variar de un país a otro, pero también con la concepción de esta forma de economía, ya sea como estrictamente no lucrativa (visión no lucrativa) o como una forma a-capitalista de producir y distribuir la riqueza, que caracteriza a las cooperativas, asociaciones y mutuas. El CIRIEC se benefició del trabajo pionero de José Barea y José Luis Monzón en 2006 sobre las cuentas satélite de las empresas de economía social.
El retrato de la economía social en la Unión Europea, realizado en 2006 y reeditado en 2012 y 2017 bajo la dirección de Rafael Chaves y José Luis Monzón para el Comité Económico y Social Europeo (CESE), muestra la importancia del sector en este continente. Un grupo de trabajo sobre la medición estadística de la economía social elaboró una obra colectiva publicada en 2015 (editada por Marie J. Bouchard (CAN) y Damien Rousselière (FRA)). Este libro fue traducido al coreano en 2019 por colegas de la Universidad SungKongHoe de Seúl. Este trabajo continúa con el apoyo de UNRISD en un proyecto para el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Economía Social y Solidaria (UNTFSSE) sobre las oportunidades y los desafíos de las estadísticas en la economía social y solidaria, que conducirá en 2021 a la publicación de tres textos destinados a: establecer el estado de las estadísticas de la ESS (Marie J. Bouchard y Gabriel Salathé-Beaulieu (CAN)); cartografía de los inventarios internacionales de ESS (Coline Compère, Barbara Sak y Jérôme Shoenmaekers (BEL)); y la formulación de recomendaciones a los responsables públicos en este ámbito (Rafael Chaves (ESP)). Estas recomendaciones se basan, en particular, en un cuadro de análisis de la emergencia de la economía social en las políticas públicas ya desarrollado en el trabajo dirigido en 2013 por Rafael Chaves y Danièle Demoustier (FRA).
El trabajo con la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) también dio lugar a importantes avances en las directrices para las estadísticas cooperativas, que fueron adoptadas por la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET) en 2018. En 2020, una publicación conjunta del CIRIEC, la OIT y el Comité para la Promoción y el Avance de las Cooperativas (COPAC) (editada por Marie J. Bouchard) presenta algunas de las investigaciones que informaron la adopción de estas directrices. Incluye un marco conceptual, propuestas de clasificación y medición del empleo, y un debate sobre la medición de la contribución económica de las cooperativas. El centenario en 2020 de la Unidad de Cooperativas de la OIT fue una oportunidad para celebrar la histórica colaboración del CIRIEC con la OIT mediante la publicación de un número especial de la revista del CIRIEC ‘Annals of Public and Cooperative Economics’ (APCE), que presenta una selección de doce artículos significativos sobre las cooperativas (editado por Marie J. Bouchard y Marieke Louis (FRA)).
Más allá de establecer el tamaño del sector de la economía social, es importante entender también cómo estas organizaciones producen efectos que van mucho más allá de su peso económico. Uno de los proyectos de investigación del CIRIEC está dedicado a la evaluación de la economía social. Se ha creado un grupo de trabajo sobre el tema que en 2009 publicó un libro sobre el valor de la economía social, destinado a comprender el alcance de lo que producen las organizaciones de la economía social y cómo se evalúa esta producción (bajo la dirección de Marie J. Bouchard). Se observó que los enfoques estandarizados de evaluación a veces no se adaptan a la riqueza de lo que producen las organizaciones de la economía social. Diez años más tarde, ante el auge del discurso del impacto social, este grupo retomó los trabajos sobre este tema y publicó una serie de documentos de investigación del CIRIEC y preparó, bajo la dirección de Marie J. Bouchard y Damien Rousselière, un número especial de la revista APCE. Más allá de ser una moda, la medición del impacto representa una oportunidad para mostrar y valorar la producción de la economía social, pero también plantea riesgos de isomorfismo que pueden socavar la especificidad del modus operandi de la economía social.
La economía social no actúa en solitario. Forma parte de un proceso de interacción y colaboración entre diversos actores públicos, asociativos, privados y cooperativos, que dinamiza la economía local en relación con las necesidades y los recursos locales, al tiempo que la vincula con la sociedad y la economía global. Estas dinámicas entre la economía social y los territorios se ilustran en el libro editado por Nadine Richez-Battesti y Xabier Itçaina (FRA) publicado en 2018. También ejercen presión sobre la trayectoria de las organizaciones, que pueden alejarse de su misión o, por el contrario, resistir reafirmando su identidad o incluso reinventándose. Esto es lo que ha hecho un grupo de trabajo dirigido por Ignacio Bretos (ESP), Marie J. Bouchard y Alberto Zevi (ITA) exploraron en 2020 en un número especial de la revista PACE bajo el tema de la evolución y transformación de las organizaciones de la economía social. La gobernanza interna y externa es uno de los mecanismos por los que las organizaciones de la economía social pueden mantenerse centradas en su misión y establecer relaciones de cooperación con otros agentes económicos y sociales. Este tema fue objeto de un número especial de la revista APCE editado por Gani Aldashev (BEL), Marco Marini (ITA) y Thierry Verdier (FRA).
Los retos a los que se enfrenta el mundo hoy en día exigen que se preste especial atención a la economía social. De ahí la importancia de reafirmar su identidad y demostrar su capacidad para reincorporar la economía a la sociedad. El aspecto «social» de la economía social no se limita a la misión que adoptan algunas organizaciones. Es constitutivo del modo de empresa, del modo de gestión, del modo de gobernanza y del modo de distribución de beneficios, dentro de organizaciones económicamente viables y socialmente rentables. Las cooperativas, las asociaciones y las mutuas también tienen el potencial de contribuir a la democratización de la economía, haciéndola más inclusiva y emancipadora. En este sentido, la economía social es un proyecto político.
Esperemos que los trabajos de investigación del CIRIEC sigan contribuyendo a la producción y difusión de conocimientos sobre la economía social, alimentando un programa ambicioso e imprescindible en estos momentos, el de una transición ecológica realizada desde una perspectiva de justicia social, económica y medioambiental.
