El pasado 20 de noviembre, durante la COP29 en Bakú (Azerbaiyán), se celebró el evento “Fortaleciendo la sostenibilidad del comercio mediante la integración de entidades de la Economía Social y Solidaria (ESS) para una transición justa”, organizado por la UNCTAD en cooperación con la UNTFSSE. En el evento, expertos de diversas organizaciones, moderados por Víctor Meseguer, debatieron sobre el papel de la ESS para una transición justa hacia una economía sostenible.
Chantal Line Carpentier, de la UNCTAD y UNTFSSE, destacó cómo la ESS, compuesta por cooperativas, mutuales y empresas sociales, prioriza a las personas y el propósito social sobre el capital. Señaló que la ESS tiene un enorme potencial para liderar la transición verde global en sectores clave como la agricultura, la economía azul, la energía renovable, la economía circular y la movilidad sostenible. Todo ello lo ejemplificó con casos como los “ejidos” en México, donde la propiedad comunitaria gestiona el 83% de la biodiversidad; cooperativas en Finlandia y Suecia que dominan el mercado forestal, o las 2.500 comunidades de energías renovables federadas en RESCOOP, que reúnen a 2 millones de ciudadanos activos en la transición energética.
Además, resaltó casos como el grupo cooperativo Mondragón, que demuestra que la ESS promueve la equidad salarial y la gobernanza democrática. Con 70.500 trabajadores en 2023, la empresa facturó 11.000 millones de euros. El diferencial salarial en sus cooperativas es de uno a seis, cuando en el resto del sector privado puede llegar a ser de 1 a 200.
Por su parte, Ertharin Cousin, de Food Systems for the Future (FSF), explicó cómo FSF apoya a pequeños productores y actores de la ESS mediante políticas públicas, financación e iniciativas como FSF Ventures.
A continuación, Rishabh Kumar Dhir, de la OIT, subrayó que la ESS puede mitigar los impactos del cambio climático al crear empleos decentes y fomentar la resiliencia comunitaria. Mencionó ejemplos como la cooperación entre cooperativas de Togo e Italia para la producción y distribución de piñas orgánicas, y proyectos en Perú, que combinan prácticas agroforestales tradicionales con técnicas modernas.
Niels Peter Nørring, del Consejo de Agricultura y Alimentación de Dinamarca y COPA-COGECA, explicó cómo Dinamarca implementó un acuerdo tripartito que incluye un impuesto al carbono agrícola y la reconversión de tierras agrícolas en bosques. Se trata de un proyecto que financia un proceso voluntario, local e integrador, que debe conducir a la creación de unas 250.000 hectáreas de nuevos bosques en Dinamarca, completando así la reconversión de aproximadamente el 15% de las tierras agrícolas del país.
Nørring explicó también cómo Arla, una de las mayores cooperativas agroalimentarias del mundo, que agrupa a 13.500 ganaderos de siete países europeos, ha creado un sistema, el incentivo FramAhed, para recompensar -con un mejor precio por su producción láctea- a los ganaderos por sus actividades sostenibles.
Por último, Nurana Mammadova, de Education Hub en Azerbaiyán, habló sobre el desarrollo de un ecosistema emergente de la ESS en su país y la necesidad de un marco legal para fortalecerlo. En este sentido, resaltó el papel clave de hitos como la Resolución de la ONU sobre la ESS, para impulsar este modelo económico para el desarrollo sostenible.
El acto concluyó con la formulación de las conclusiones, a cargo de Víctor Meseguer, moderador del evento. Meseguer destacó que la ESS no es solo un patrimonio o un actor menor, sino un modelo económico y empresarial esencial para el futuro. Al democratizar la economía, la ESS asegura la inclusión de comunidades locales en las transformaciones económicas y ambientales necesarias para un desarrollo sostenible. La UNCTAD y la UNTFSSE trabajan en la expansión de proyectos de ESS mediante financiación internacional, estadísticas y marcos legales adecuados.
La ESS se presenta por tanto como un modelo empresarial clave para la transición justa y sostenible, involucrando activamente a las comunidades locales y asegurando que nadie quede atrás.