La Cumbre Europea de la Economía Social (#EUSES) fue organizada por la ciudad de Mannheim en colaboración con la Comisión Europea y con el apoyo del Ministerio Federal de Familia, Tercera Edad, Mujer y Juventud de Alemania. El evento reunió a más de 3.000 participantes, que representaban la rica diversidad de la economía social en Europa.
El principal resultado del EUSES es la Declaración de Mannheim sobre Economía Social, que identifica las principales necesidades del sector. Según la Declaración, la economía social en Europa consiste en una «gama de formas organizativas diversas, que están conformadas por diferentes contextos nacionales y sistemas de bienestar, pero que comparten valores y objetivos comunes, que combinan actividades económicas sostenibles con un impacto social positivo».
Las organizaciones de la economía social y las empresas sociales «desempeñan un papel crucial en la creación y el mantenimiento del empleo, el fortalecimiento de la cohesión territorial, el impulso del crecimiento inclusivo, así como la generación de innovación social y la sostenibilidad medioambiental. También promueven la ciudadanía activa, la solidaridad y una economía con valores democráticos».
Una serie de eventos mensuales «Digital Road to Mannheim» (septiembre de 2020-abril de 2021) sentó las bases del EUSES 2021 al suscitar un debate sobre el futuro de la economía social en Europa. La Declaración de Mannheim sobre la Economía Social se basa en estas aportaciones, así como en las contribuciones de las partes interesadas de toda la Unión. En ella se esbozan medidas concretas para liberar todo el potencial de la economía social en la UE.
La declaración contribuirá a la elaboración del Plan de Acción Europeo para la Economía Social y a las iniciativas de la Estrategia Industrial de la UE y la Estrategia de las PYME para apoyar el «ecosistema de proximidad, economía social y seguridad civil».
Las medidas recomendadas requieren esfuerzos coordinados y el apoyo activo de las instituciones europeas, los gobiernos nacionales, regionales y locales, así como de todos los agentes de la economía social y la sociedad civil.
La Comisión Europea invita a los responsables políticos, a los empresarios y a los demás responsables de la economía social a leer y firmar la Declaración de Mannheim sobre la Economía Social. Las medidas recomendadas son:
- Marco jurídico y reglamentario: la Comisión Europea debería proponer orientaciones específicas a los Estados miembros, que conduzcan a una comprensión común del concepto de economía social, reconociendo al mismo tiempo las diferencias locales que contribuyen a su riqueza y diversidad […] El desarrollo de marcos jurídicos, reglamentarios y fiscales adecuados debe, por tanto, surgir de los entornos nacionales y locales en los que operan las empresas y organizaciones de la economía social.
- Visibilidad y sensibilización:A través de la iniciativa Regiones Europeas de la Economía Social (REES), la Comisión Europea está aumentando la visibilidad y la concienciación en relación con la economía social y construyendo redes regionales/locales de actores de la economía social. Se invita a la Comisión Europea a reforzar esta iniciativa en el marco del Plan de Acción para la Economía Social, proponiendo la adhesión de otras regiones, ciudades y municipios interesados. La investigación existente sobre economía social debería consolidarse y también debería apoyarse la nueva investigación, incluida la recopilación de datos estadísticos nacionales. Es necesario medir el impacto para mostrar el papel que pueden desempeñar las organizaciones de la economía social y los empresarios sociales.
- Reconocimiento público y demanda de los consumidores: Las organizaciones de la economía social y las empresas sociales necesitan un mayor reconocimiento entre los ciudadanos por el trabajo que realizan y sus contribuciones a la sociedad. Se podría poner en marcha una reflexión sobre las etiquetas y la certificación para impulsar el reconocimiento de los productos, los servicios y las empresas, y poner de relieve el papel de la economía social para hacer frente a los retos de la sociedad.
- Acceso a la financiación, inversión y recuperación: La crisis Covid-19 exige un reequilibrio de la eficiencia y la resistencia en toda la economía. La economía social puede hacer algo más que reparar los problemas sociales. Puede liderar una transformación hacia un mundo más inclusivo y sostenible. Por lo tanto, los actores de las políticas públicas en los diferentes niveles de gobernanza deberían desarrollar instrumentos adecuados, tanto del lado de la oferta como de la demanda, para crear un entorno financiero integrado y propicio […] Los Estados miembros también deberían aprovechar los instrumentos de la NextGenerationEU para movilizar las inversiones públicas y privadas para impulsar el desarrollo de la economía social.
- Mejor acceso a los mercados:La Comisión Europea, los Estados miembros, las regiones y las autoridades locales deberían promover la colaboración entre las organizaciones y empresas de la economía social en todos los países y sectores. La Comisión Europea y los Estados miembros deberían, por ejemplo, seguir promoviendo la contratación pública socialmente responsable mediante la formación y el intercambio de las mejores prácticas en Europa. Las empresas convencionales también deberían incluir a las empresas sociales en sus cadenas de suministro.
- Redes y asociaciones intersectoriales: A nivel nacional, regional y local debe reforzarse la cooperación entre los agentes de la economía social mediante el desarrollo de redes. Es importante que las partes interesadas de todos los niveles de gobernanza sean escuchadas en el proceso de elaboración de las políticas públicas nacionales. Los actores de la economía social también deberían crear asociaciones con las autoridades públicas u otros actores privados para ampliar el impacto y probar nuevas soluciones para una transición verde y digital.
- Innovación social: La economía social es pionera en la identificación y aplicación de la innovación social y las formas alternativas de organizar las actividades económicas. Muchas de estas innovaciones han sido incorporadas y adoptadas por el resto de la economía (como el comercio justo y las finanzas éticas). Las organizaciones de la economía social pueden ampliar la innovación social para hacer frente a los apremiantes retos medioambientales y sociales centrándose en el impacto social y trabajando con las partes interesadas locales. Se necesitan medidas políticas concretas, en forma de marcos jurídicos adecuados, incentivos y acceso a la financiación, para apoyar a estas nuevas empresas a desarrollar la experimentación social.
- Formación, educación y desarrollo de la mano de obra: La economía social es especialmente atractiva para los jóvenes, ya que crea nuevas oportunidades de trabajo pero también nuevas vías de desarrollo personal y creatividad. Pocas escuelas hacen hincapié en los principios de la economía social, como la autorresponsabilidad, la democracia y la igualdad. Estos modelos deben enseñarse en las escuelas en todos los niveles (primaria, secundaria, universidad, formación profesional) para crear competencias, reforzar las habilidades y garantizar que los jóvenes estén preparados para las carreras en este campo. La Comisión Europea también debería apoyar la actualización de las competencias de los trabajadores de la economía social en ámbitos como la digitalización, la gobernanza participativa y la transición verde.
- Salud: La economía social ha desempeñado un papel importante a la hora de abordar y mitigar los impactos a corto y largo plazo de la crisis COVID-19 en la economía y la sociedad. A corto plazo, los agentes de la economía social han aportado soluciones innovadoras que refuerzan los servicios públicos y complementan la acción gubernamental para hacer frente a la pandemia. A largo plazo, la Comisión debe crear un entorno que permita a las organizaciones de la economía social y a las empresas sociales ser un pilar de la nueva Unión Europea de la Salud, que se está desarrollando actualmente.
- Estrategias políticas: Adoptar un marco coherente y holístico para apoyar la aparición y consolidación de la economía social es esencial para maximizar el impacto social y económico. Las políticas en sí mismas son muy importantes, pero los procesos políticos son igualmente críticos. Se invita a la Comisión Europea, así como a los responsables de las políticas públicas en los diferentes niveles de gobernanza, a trabajar a través de las diferentes carteras de políticas para desarrollar acciones adecuadas para impulsar el desarrollo del sector. La preparación de las políticas públicas debería llevarse a cabo en estrecha colaboración con los agentes de la economía social para lograr una mayor coherencia política y una mayor eficacia.