La Unión Europea ha lanzado un Código de Conducta para el intercambio y gestión de datos en la economía social. El Código ha sido elaborado por un comité de expertos, para asegurar los valores y principios que guiarán las prácticas responsables de uso e intercambio de datos en el ámbito de las empresas y entidades de la economía social. El trabajo ha sido facilitado por las organizaciones Waag Futurelab y Commons Network, con el apoyo de la Comisión Europea.
El documento destaca cómo el intercambio de datos puede fomentar colaboraciones eficientes, promover la innovación y abrir nuevas oportunidades de mercado. Sin embargo, también señala retos como la falta de infraestructura, conectividad y alfabetización digital en ciertas regiones.
La iniciativa, respaldada por la Comisión Europea, busca alinear las prácticas de datos con los valores, principios y objetivos de la economía social. Asimismo, incluye ejemplos prácticos de proyectos exitosos y plantillas para acuerdos de intercambio de datos, con el objetivo de fomentar la adopción de estas prácticas en toda Europa.
El documento presenta numerosos ejemplos exitosos de intercambio de datos en la economía social en Europa y otras regiones. Entre ellos destacan Data Food Consortium, para la Promoción de la sostenibilidad en la agroalimentación mediante datos compartidos; Énergie Partagée, para impulsar proyectos de energía renovable y su financiación; Saferspaces, de gestión de eventos y datos en industrias digitales; Romanian Food Bank Federation, para mejorar la distribución de alimentos; Nova SBE Social Database, para la medición del impacto social de las organizaciones con datos compartidos, o Fairbnb, de turismo responsable a través del uso ético de datos.
Estos casos muestran cómo las organizaciones han utilizado los datos para resolver problemas sociales, mejorar la sostenibilidad o fomentar la colaboración en áreas como la alimentación, la salud, educación, energía, movilidad y derechos humanos.
Enfoque ético y práctico
No obstante, lo más novedoso del Código de Conducta reside en su enfoque ético y práctico, diseñado específicamente para las particularidades del sector de la economía social. El código integra principios clave como la democracia, la inclusividad, la equidad y la suficiencia de datos. Va más allá de los requisitos legales tradicionales, proponiendo un estándar que prioriza las misiones sociales y medioambientales sobre los intereses puramente comerciales.
Introduce el concepto de «data sufficiency», que promueve la recolección y uso mínimo de datos necesarios para un propósito específico. Esto no solo protege la privacidad y reduce riesgos, sino que también aborda el impacto ambiental del almacenamiento masivo de datos.
Y propone que los datos compartidos se gestionen mediante estructuras democráticas y colaborativas, en un modelo que integre a todos los actores clave (usuarios, comunidades, organizaciones) en la toma de decisiones, garantizando que los datos se utilicen en beneficio de todos.
El código además no es solo teórico. Ofrece herramientas prácticas, como plantillas de acuerdos de intercambio de datos adaptadas a sectores específicos y listas de verificación para establecer relaciones de intercambio ético de datos.
Este esfuerzo se enmarca en la Estrategia Europea de Datos y políticas clave como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y la Ley de Gobernanza de Datos. Aunque el código no es vinculante, aspira a convertirse en una referencia para el desarrollo de estándares éticos en la gestión de datos, tanto dentro como fuera de la economía social.
